Crisis de crecimiento

Crisis de crecimiento. Tienda especializada en porteo. Todo hecho a mano y con mucho cariño.

Sara

9/24/20256 min leer

Crisis de crecimiento
Crisis de crecimiento

Crisis de crecimiento: cómo un collar de lactancia puede ayudarte a sobrellevarlas

La lactancia materna es un viaje lleno de momentos de conexión, ternura y también de desafíos. Una de las etapas más comunes —y que muchas veces generan dudas y cansancio en las mamás— son las crisis de crecimiento.

En esos días, tu bebé pide pecho constantemente, parece más irritable, se despierta más veces de noche y hasta puede rechazar el pecho de forma intermitente. Si estás en ese punto, lo primero que quiero decirte es: no estás sola. Todas las madres pasan por ello, y aunque a veces las llamen “regresiones del sueño” o “crisis de lactancia”, en realidad se trata de señales de que tu peque está creciendo, madurando y necesitando más de ti


Crisis de crecimiento en detalle


A los 17 - 20 días

Qué ocurre: El bebé comienza a regular la producción de leche según sus necesidades. Pide el pecho con mucha

más frecuencia. Comportamientos típicos: Llanto más intenso, tomas muy seguidas, sensación de “no me lleno” (puede haber regurgitación, pero siguen mamando).

Cómo actuar: Aumentar la succión para estimular una producción adecuada a largo plazo.

A las 6 - 7 semanas

Qué ocurre: Aumento de la demanda y del número de tomas, maduración del sistema nervioso.

Comportamientos típicos: Irritabilidad, cambios en el patrón de sueño, tomas largas o cortas y frecuentes. El bebé mama de una forma muy nerviosa, estirando el pezón y dando tirones, llora, se tiensa y se enfada.

Cómo actuar: Mucha paciencia. Es una etapa corta pero intensa.

A los 3 meses

Qué ocurre: Maduración neurológica y cambio en el reflejo de succión. El bebé se distrae más y cambia su patrón de alimentación. Puede que las tomas aumenten de número y reduzcan de duración y pueden reducir las deposiciones. El bebé necesita menos porque su crecimiento se ralentiza. Las glándulas mamarias cambian su sistema de producción y pasan a tener la leche en el momento que el bebé la solicite, pero puede llevar unos dos minutos hasta que salga la leche y por ese motivo el bebé se pone nervioso.

Comportamientos típicos: Distracción al pecho, rechazo parcial (el bebé sólo mama mientras duerme) tomas más breves y frecuentes, menor ganancia de peso aparente.

Cómo actuar: El pecho sigue funcionando, aunque parezca lo contrario. No introducir biberón si no es necesario. Es una crisis retadora, piensa que todas pasan y esta también, tu cuerpo es sabio y en breve la crisis pasará.

A los 4 meses

Qué ocurre: Cambio profundo en la arquitectura del sueño. El bebé empieza a tener ciclos más similares a los del adulto pasando de 2 a 5 fases del sueño. Comportamientos típicos: Despertares frecuentes, dificultad para dormir sin contacto, aumento de tomas nocturnas.

Cómo actuar: No es una regresión. Es una evolución natural del sueño infantil. Es importante establecer una rutina, respetar las ventanas del sueño y las necesidades del bebé. Piensa que tu peque está creciendo y, como todos, necesita un tiempo para acostumbrarse a las novedades. Acompáñale con mucha paciencia.

A los 6 meses

Qué ocurre: Inicio de la alimentación complementaria. El pecho sigue siendo el alimento principal, pero se suman nuevas experiencias.

Comportamientos típicos: Disminución de tomas diurnas, aumento nocturno, estreñimiento, confusión con texturas.

Cómo actuar: Mantener la lactancia a demanda. La AC es solo un complemento.

A los 8 meses

Qué ocurre: Ansiedad por separación y mayor conciencia del entorno. Se da un fuerte apego a la figura de referencia. Está por terminar la exogestación y el bebé empieza a tomar conciencia de sí mismo, eso le genera malestar y teme que pueda perder a la mamá.

Comportamientos típicos: Demanda constante de contacto, llanto al separarse, dificultad para dormir solo/a. Por las noches suelen despertarse llorando y aparecen las primeras pesadillas. Mientras duermen buscan constantemente el pecho, es una forma para asegurarse que la mamá está allí.

Cómo actuar: Mucho contacto, porteo, juego compartido. El bebé no se “malacostumbra”. Es importante acudir en seguida en el caso de lloros, abrazarle y facilitarle apoyo emocional. Acuérdate que esta etapa de angustia por separación es parte de su desarrollo neuropsicológico.

A los 12 meses

Qué ocurre: Desarrollo motor y emocional acelerado. Aprendizaje de caminar, hablar, autonomía. El bebé reduce
su velocidad de crecimiento.

Comportamientos típicos: Rechazo a dormir, deja de
mostrar interés por los alimentos, demanda constante del
pecho, rabietas.

Cómo actuar: Reafirmar rutinas con flexibilidad. El pecho sigue siendo refugio emocional.

A los 18 meses

Qué ocurre: Explosión del lenguaje y primera etapa de reafirmación personal.

Comportamientos típicos: Dicen “no” constantemente, muestran frustración, piden el pecho como consuelo.

Cómo actuar: Validar emociones, ofrecer contención sin forzar.

A los 24 meses

Qué ocurre: El bebé se siente más “niño” pero aún necesita seguridad constante. Está descubriendo el mundo y su desarrollo cognitivo va muy rápido, cada día descubre algo nuevo y empieza a hablar con más fluidez.

Comportamientos típicos: Demanda el pecho de manera continua y muy irrequieta, parece que se le haya olvidado como se mama. Aparecen las rabietas y los terrores nocturnos. Vuelve la ansiedad por separación.

Cómo actuar: Acompañar con presencia. Si aún lacta, el pecho puede ser herramienta de regulación emocional. Es el momento de poner en práctica los principios de la educación respetuosa.

Si cuando mama está muy nervioso/a y tira el pezón o muerde, antes de ofrecerle el pecho, se le puede explicar que no debe morder el pezón de la mamá diciéndole que tienen que abrir más la boca por ejemplo.

Frente a una rabieta, al principio es mejor abrazarle fuerte, para que se tranquilice escuchando nuestro corazón, solamente cuando está calmado/a se les puede explicar las cosas y empezar a razonar.

Cuando tiene terrores nocturnos lo mejor es hacerle sentir la presencia de la mamá sin despertarle. Esto se consigue con un abrazo, una caricia, una frase bonita.

No hay mucha solución para la ansiedad por separación... simplemente es estar presente para él/ella.

Frente a la impaciencia, hablarle y explicarle las cosas puede ayudar muchísimo... va a querer hacer todo solo/a, preguntarle antes de hacer algo puede ser una buena solución.


Crisis de crecimiento: saltos evolutivos

Cada crisis puede sentirse como un retroceso, pero no lo es. En realidad, son señales de maduración. Tu bebé está creciendo, y tu cuerpo y tu presencia son su refugio.



El papel del collar de lactancia en estas etapas

Cuando un bebé atraviesa una crisis de crecimiento, su necesidad de contacto y su deseo de succionar aumentan. Sin embargo, las tomas pueden hacerse más nerviosas: tirones del pezón, mordisquitos, giros de la cabeza mientras mama… todo eso puede generar incomodidad para la mamá.


Aquí es donde un collar de lactancia se convierte en un gran aliado:

Distracción positiva: el bebé puede agarrar, explorar y jugar con el collar mientras mama, evitando tirones del pelo, arañazos o pellizcos.

Alivio para la madre: reduce la incomodidad durante las tomas y hace que el momento de lactancia sea más tranquilo.

Fomento del apego: el collar se convierte en un objeto sensorial que el bebé asocia con el contacto y la calma en brazos de su mamá.

Apoyo durante el porteo: en las etapas de ansiedad por separación (muy comunes hacia los 8 meses), un collar de porteo ofrece al bebé un recurso para calmarse y distraerse mientras va pegadito a ti.


Collar de lactancia y porteo: un recurso para la calma



Durante las crisis de crecimiento, los bebés buscan a mamá constantemente. Esto puede ser agotador, pero también es la oportunidad de reforzar el vínculo. El porteo y la lactancia a demanda son dos herramientas poderosas para transitar estos momentos con más serenidad.

El collar de lactancia y porteo une ambos mundos: es práctico, bonito y útil tanto si estás dando el pecho como si llevas a tu bebé en el fular o mochila ergonómica. Le ofrece un estímulo seguro mientras tú tienes más tranquilidad.


Consejos para acompañar las crisis de crecimiento

Confía en tu cuerpo: tu leche siempre se ajusta a las necesidades de tu bebé.

Portea con frecuencia: el contacto piel con piel y el movimiento ayudan a calmar la irritabilidad.

Usa tu collar de lactancia: facilita tomas más relajadas y aporta un recurso de juego sensorial.

Busca apoyo: hablar con otras mamás o con una asesora de lactancia puede darte la calma que necesitas.

Recuerda que pasa: ninguna crisis es eterna; cada etapa abre la puerta a un nuevo avance en tu bebé.


En conclusión



Las crisis de crecimiento pueden ser agotadoras, pero también son una señal de que tu peque está evolucionando. Como madre, necesitas herramientas que te ayuden a sobrellevarlas con más calma, y el collar de lactancia y porteo es una de ellas: une belleza, funcionalidad y apego en un solo accesorio.

Si aún no tienes el tuyo, en Los Mofletes de Mamá encontrarás collares de lactancia diseñados con amor, seguros para tu bebé y pensados para acompañarte en cada etapa de la maternidad.

Porque tú también mereces disfrutar de la lactancia con más paz y más conexión.