Collar de lactancia
Collar de lactancia. Tienda especializada en porteo. Todo hecho a mano y con mucho cariño.
Sara
10/8/20254 min leer


Collar de lactancia: un aliado para fortalecer el vínculo maternal en cada etapa del desarrollo del bebé
La maternidad es un viaje lleno de momentos únicos, de contacto piel con piel, de miradas profundas y de pequeños gestos que construyen un lazo invisible pero indestructible entre madre e hijo. En este camino, cada detalle cuenta, y un collar de lactancia puede convertirse en mucho más que un accesorio: es una herramienta para estimular, calmar y fortalecer el vínculo maternal en cada etapa del desarrollo del bebé.
Puede parecer un objeto sencillo, pero detrás de sus colores, formas y texturas hay un mundo de beneficios tanto para el bebé como para la madre. Y lo mejor de todo es que acompaña durante años, desde los primeros días de vida hasta el destete natural, que puede ocurrir entre los 2,5 y los 7 años.
Veamos cómo evoluciona este vínculo con el collar de lactancia a lo largo del crecimiento del peque.
En los primeros días: el reconocimiento de mamá
Un recién nacido no distingue colores ni formas con claridad. Su visión es borrosa, su mundo es un conjunto de luces y sombras, pero hay algo que reconoce de inmediato: el olor, la voz y el contacto con su madre.
Aunque todavía no pueda apreciar los tonos vivos del collar, desde el primer momento el bebé lo asociará con la seguridad y el calor de estar en brazos de mamá. El collar se convierte así en parte del ritual de cercanía y lactancia, un objeto que forma parte de la experiencia sensorial y que irá cobrando sentido a medida que su sistema nervioso madure.
En los primeros meses: desarrollo visual y táctil
Entre el primer y el cuarto mes, el bebé comienza a fijar la vista, a interesarse por contrastes y a coordinar sus movimientos. Aquí es donde un collar de lactancia cobra un papel especial:
Estimulación visual: los contrastes de color ayudan al bebé a entrenar su vista y a mejorar la coordinación ojo-mano.
Exploración táctil: al tocar cuentas de diferentes formas y texturas, el bebé desarrolla el sentido del tacto y la motricidad fina.
Tomas más tranquilas: en lugar de pellizcar, arañar o tirar del cabello de mamá, el peque centra su atención en el collar, lo que hace la lactancia más agradable para ambos.
De esta manera, el collar no solo es un accesorio bonito, sino un recurso que favorece la calma y el desarrollo sensorial del bebé en paralelo.
A partir de los 8 meses: calma en la ansiedad por separación
La llegada de la ansiedad por separación suele ser una de las etapas más retadoras de la maternidad. El bebé toma conciencia de que mamá y él no son la misma persona y teme perderla cuando no la ve. Esto se traduce en llantos, despertares nocturnos y necesidad constante de brazos.
En este momento, el collar de lactancia y porteo se convierte en un gran aliado:
Mientras mama, puede jugar con el collar y encontrar seguridad en ese objeto que siempre asocia con mamá.
Durante el porteo, el collar actúa como distracción y calma, ayudando al bebé a relajarse mientras se siente pegadito a su figura de apego.
Con el tiempo, el collar puede convertirse en un objeto de apego, algo que el niño relaciona directamente con la presencia y el amor de su madre.
Más allá del primer año: vínculo y apego prolongado
El destete natural, conducido por el propio niño, suele producirse entre los 2,5 y los 7 años. Esto significa que, durante años, la lactancia sigue siendo no solo un alimento, sino una fuente de consuelo, regulación emocional y conexión.
En estas etapas más avanzadas, el collar de lactancia sigue teniendo un papel fundamental:
Sirve de apoyo durante las tomas nocturnas y los momentos de nerviosismo.
Se convierte en un recurso de juego sensorial y un objeto de apego seguro.
Refuerza el vínculo entre madre e hijo, incluso cuando la lactancia ya no es tan frecuente, pero sigue siendo emocionalmente significativa.
Así, un simple collar puede acompañar durante todo el viaje de la maternidad, adaptándose a las necesidades cambiantes del bebé y convirtiéndose en un símbolo del vínculo único entre ambos.
Beneficios del collar de lactancia para mamá y bebé
- Fortalece el vínculo afectivo en cada etapa.
- Facilita tomas más tranquilas, evitando pellizcos o tirones.
- Estimula los sentidos: vista, tacto y coordinación.
- Aporta seguridad en la etapa de ansiedad por separación.
- Se convierte en objeto de apego a largo plazo.
- Es un accesorio bonito y funcional que acompaña la maternidad durante años.
En conclusión
El collar de lactancia no es solo un accesorio para mamá: es una herramienta de apego, estimulación y calma que acompaña en todas las etapas del desarrollo infantil. Desde el recién nacido que apenas abre los ojos hasta el niño que aún busca pecho como consuelo, este collar refuerza el vínculo único entre madre e hijo y se convierte en un compañero de viaje en la maternidad.
En Los Mofletes de Mamá encontrarás collares de lactancia diseñados con amor, seguros, bonitos y pensados para acompañarte a ti y a tu bebé durante todo este camino.
Porque cada etapa de la lactancia merece ser vivida con calma, conexión y mucho cariño.




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